6.9.06

No hay nada que una más rápido a la gente (aunque sólo sea en apariencia e ilusorio) que una comprensión triste y melancólica, este ambiente de serena compasión, que adormece todo tipo de temores y prejuicios y es comprensible para un alma sutil o vulgar, instruida o simple, es el modo más sencillo de acercamiento y es, sin embargo muy poco frecuente: el problema es que hace falta dejar de lado el modo de “llevar el alma” que uno ha cultivado, la mímica habitual y ser sencillo; no sé como somos capaces de lograrlo (de repente, sin preparación), cómo podemos lograrlo nosotros, que andábamos siempre vacilantes, como ciegos, en nuestros rostros artificiales, no lo sé, pero lo percibimos como un regalo inesperado y una revelación repentina.