30.6.06

Una cuenta de tu rosario

Beberemos de muchos vinos, nos embriagaremos como dos niños. Subiremos acantilados con pies descalzos, y tomados de las manos, vamos juntos a incendiar el mundo.

Con mis ojos aun cerrados, cuando volví a tantear la cama, ya no estabas allí.

Yo que no sabía que el amor requiere vigilia. Que no hay paz que no tega un fin, ni copa que no tenga un fondo de veneno.

Tengo sed, quiero beber.

No soy culpable de esa llaga, ese tumor, esa herida. Tampoco de esa espina, ese linazo que resuman mis poros. No soy culpable de ese muérdago, ese sol florido, esa llama alucinada. No lo soy de mi delirio.

Una cuenta de tu rosario para mi pasión. Dos para mis pelotas. Todas las cuentas para mis ojos. Diez rosarios para el hermano acontecido.

Estoy bañado en hiel, pero sé como afrontar tu rechazo. No ocultaré la sonrisa de mis labios, si la peste diezma nuestros rebaños o una plaga devora los cultivos. Daré la espalda mientras todos se agitan a mi alrededor. Me cruzaré de brazos si me pides socorro. Me taparé los ojos para no ver tus llagas, los oídos para no oir tus gritos, me encogeré de hombros si la casa se derrumba.

No tuve mi contento, el mundo no tendrá misericordia. Amar y ser amado era todo lo que quería. Pero quedé al margen sin consulta. Fui amputado. Pertenezco desde ahora a la familia de los rechazados, los prohibidos, los sin afecto, los sin sosiego, los intranquilos, los que se retuercen, los que llevan una marca en la frente, los marcados por la santa envidia, los sedientos de igualdad y justicia, los que tarde o temprano acaban venerando al maligno. El que nos empuja contra la corriente, nos araña los tímpanos con su soplo áspero y caliente, nos seduce contra la frágil solidez del orden, ese edificio de piedra erguido sobre los hombros de los que gimen. El primero, el único, el soberano.

Tu soberano Dios no es más que un vasallo y no sabe que sus leyes son la leña resinosa que alimenta el fuego eterno.

Ya me sube una nueva oleada, me dan ganas de fustigar a tus santos, tus angelotes, dar una dentellada en el corazón de tu cristo.

Me estoy muriendo, me estoy muriendo.

3 Comments:

Blogger a said...

"Yo que no sabía que el amor requiere vigilia. Que no hay paz que no tega un fin, ni copa que no tenga un fondo de veneno."
woow!! q lindo q tragico q vampiresco...
(cta nostalgia) podrias (vos quien seas) hacer un club yo creo q pertenezco desde hace un rato

salut!

17.10.06  
Blogger Anónimo said...

Somos un club... bastamte grande.. demasiado grande!!!!

17.10.06  
Blogger a said...

bueee...igual siempre hay "treguas"

18.10.06  

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